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Un estilo de música, de baile y de vestir. Todo eso es el duranguense, movimiento que surgió en Chicago a principios del siglo 21.
El duranguense, un género híbrido que tiene sus raíces en el estado de Durango — ubicado al noroeste de México — y en la música conocida en la industria como regional mexicano, incluye géneros populares vinculados al México rural como son la banda y la tambora, los cuales tienen su base en los sonidos de los instrumentos de la sección de metales y en las percusiones.
Durante la década de 1990 y como resultado de los viajes de los músicos y de la propia comunidad fue que el duranguense comenzó a evolucionar incorporando los sonidos de los ritmos de la tecnobanda, el tamborazo y la quebradita, versiones más rápidas y modernas de los estilos de música regional.
Fue en Chicago que el género cobró fuerza y popularidad, esto debido a la gran comunidad de migrantes mexicanos que desde principios del siglo 20 se han establecido en la ciudad y sus alrededores. Dejaron sus pueblos, pero sus pueblos se quedaron con ellos. Gracias a sus abuelos y padres, las tradiciones, usos y costumbres de su tierra natal, así como la música regional, forman parte de su identidad.
Sin embargo, al radicar en Chicago, también les atraía la música y la cultura norteamericana de la que son parte, como es el estilo urbano de vida y la fascinación por la tecnología, acorde no solo a su entorno, sino a sus tiempos.
El estilo urbano no solo estaba presente en la música duranguense, sino también en la moda. Los artistas del género no vestían ni visten en los trajes tradicionales de los músicos del regional mexicano.
Al igual que hicieron antes los grupos y bandas que interpretaban la quebradita, recrearon estos trajes con un estilo especial y llamativo, visible en el corte y adornos de sus trajes, el estilo de su sombrero y el estilo renovado de sus botas, cintos y sombreros.
A principios de la década de 2000, después de años luchando por ser escuchados en la radio local mientras se daban a conocer en bailes y clubes de Chicago y sus suburbios, los artistas del género duranguense también desarrollaron su sonido, “el sonido de Chicago”.
Esto incluyó un paso de baile, el llamado “pasito duranguense” que, basándose en un ritmo rápido, requiere que sus bailarines le sigan el paso de manera precisa y con estilo.
La música y el baile cautivaron al público de Illinois, posteriormente al de Estados Unidos y luego, cruzó la frontera a México y de ahí, se hizo popular en toda América Latina.
Durante esos años, el duranguense reinó no solo en la radio, también en los principales recintos y en las premiaciones. En 2003 lideró las listas de Billboard Latino. Los grupos originarios de Chicago como Montéz de Durango, Alacranes Musical, y Los Horóscopos de Durango se convirtieron en los representantes del género a nivel internacional.
“Ha sido muy importante ser de los pioneros del duranguense, un orgullo llevar la bandera de este movimiento que en su momento fue un ‘boom’”, contó Guilermo “Memo” Ibarra, vocalista de Alacranes Musical. “Estuvimos más de diez años presentándonos en los escenarios más grandes de México, EE.UU. y Centroamérica”.
Antes del éxito de Alacranes Musical, Ibarra recordó que tenía un trabajo “normal”, en una fábrica y cuando había “baile”, se iban a tocar a bodas, quinceañeras y bautizos. El primer indicio de su éxito fue cuando luego de regresar de una gira de un mes que realizaron en Durango en 2002, se presentaron en recintos de Chicago como El Noa Noa, el OK Corral y El Álamo de Aurora. “Llenábamos todos esos lugares”, enfatizó.
La “explosión” del duranguense, se produjo gracias al apoyo de la estación de radio local La Ley 107.9 FM. “La Ley fue la primera estación que apoyó, en Chicago, la música duranguense”, agregó Ibarra.
En esos años, Margarita Vázquez era la directora de programación de La Ley. Contó que el duranguense recibió el apoyo de la estación pero, también la estación de los grupos, que los apoyaron durante sus anuncios y eventos de promoción.
“Por ejemplo, el grupo K-Paz de la Sierra nos apoyó mucho en los eventos. Recuerdo que cuando se presentaron no tenían todavía ni un disco y los apoyamos tocando la canción ‘Jambalaya’. Se nos hizo buena, pegajosa. Fue una de las primeras que le dio un empujón grande al género”, dijo.
La estación organizó presentaciones en los gimnasios de las escuelas, llevando la música a los barrios mexicanos y también, promoviendo el baile, “el pasito duranguense”, que tiene su gracia. “Nosotros promovimos tanto ese baile y yo nunca pude bailarlo”, bromeó Vázquez.
Mientras el duranguense despegaba, también surgió la variedad de sus estilos. “Cada grupo y cada intérprete aportaron algo nuevo al género”, agregó Vázquez.
Ibarra destacó que Alacranes Musical fue uno de los grupos que rompió los estereotipos musicales de la época. “Lo que identificó a Alacranes fue el uso de los metales —instrumentos de viento de metal, como son el trombón y la tuba—Montéz y K-Paz eran más de usar teclados”, puntualizó.
Además de las innovaciones en su estilo, bandas como Los Horóscopos de Durango trajeron nuevas voces al duranguense, que inicialmente no tenía mucha representación femenina. Marisol y Vicky Terrazas cantaban y tocaban instrumentos como miembros de Los Horóscopos de Durango — grupo que ganó el Premio Billboard a la Música Latina en 2005 y el Premio Lo Nuestro a Mejor Grupo Duranguense en 2008.
En 2004, Diana Reyes, cantante que no es originaria de Durango y que emigró a Chicago procedente de la Ciudad de México, se convirtió en la intérprete femenina de más alto perfil del género. “Me trajeron de México porque hacía falta figuras femeninas. Venía por tres meses y me quedé”, contó Reyes.
A pesar de no haber incursionado antes en el duranguense, Reyes adoptó tan hábilmente la música y el pasito duranguense que fue coronada “la reina del pasito duranguense”. Su primer gran éxito, “Rosas”, fue una versión en duranguense de la canción de la banda española de pop-rock La Oreja de Van Gogh. A esto le siguieron en la carrera de Reyes siete álbumes de música duranguense.
Sin embargo, a finales de la década del 2000 y después de reinar en la radio en español y en los premios internacionales de música duranguense, el género comenzó a apagarse.
Reyes consideró que esto fue en parte ocasionado porque el duranguense dejó de tocarse en las estaciones radiales. Ella y otros músicos también comenzaron a experimentar fusionando el duranguense con otros géneros, algo a lo que Óscar Urbina Jr., fundador de Alacranes Musical, acreditó como la causa del éxito de las canciones del grupo durante 2006 y 2007. En 2009, el grupo ganó un Grammy Latino al mejor álbum de música de banda.
“Los tiempos cambian, vienen nuevas olas de música”, agregó Ibarra. Pero los géneros tradicionales continúan. “El duranguense no ha desaparecido. El duranguense es todavía una fuerza y permanecerá”.
De hecho, el duranguense aún se escucha en plataformas como Spotify y se toca en eventos y bailes que se realizan en ambos lados de la frontera. Y nadie ha olvidado que este movimiento musical floreció gracias a la comunidad mexicana de Chicago.